miércoles, 10 de febrero de 2016

¿Mayorías y minorías religiosas?

Mantener la grandeza de nuestra República no es una tarea fácil, sobretodo cuando los primeros infractores y traidores a sus principales postulados son la clase política. Las recientes manifestaciones de "fervor religioso" de los gobernantes que recibirán al líder de la iglesia romana demuestran claramente el alto grado de descomposición moral, por una parte se muestran como hombres de principios y por lo otro lado con su pasividad y complacencia ante los fenómenos de corrupción, violencia y vejaciones que sufren los ciudadanos denotan una falsedad en su discurso.
El legado de Juarez y la brillante generación de liberales que le acompañaron en la construcción de una nación libre, trascendieron mas allá de este país al ser nombrado el "Benemérito de las Américas" por su aporte a los sistemas democráticos nacientes de esa época. Hoy es distinto, mientras en algunos países como España se lucha por quitarse ese pesado lastre que es la Iglesia católica y sus concordatos, en México cada día que pasa, en cada acto de violación al ideal construido como base de nuestra democracia que es la neutralidad ante cualquier confesión religiosa, sino también a un mandato expreso en nuestra constitución y sus leyes como en su articulo 40 por ejemplo, vemos el interés de restablecer esa fusión bizarra de poderes factico-religioso y político que son de concepción y de naturaleza completamente distintos, que representaron el atraso cultural y educativo que hasta este día padece México.
No se busca predicar la intolerancia a determinada religión, todos somos libres y esa libertad jamas sera cuestionada. ¿Que es lo que cuestionable entonces? La preferencia a una religión aunque esta sea mayoritaria. Hana Fischer columnista y escritora Uruguaya define los alcances de los abusos de las mayorías en su ensayo “¿Democracia? o Dictadura de las Mayorías”, en el que advierte el riesgo que se presenta en los gobiernos y el rol que tienen las mayorías sobre determinadas minorías, al subyugarlas a las banalidades de algunos cuantos. Esto en resumen es lo que pasa en México.
El estado laico es la única forma de democracia que sustenta en la practica los derechos de todas las corrientes ideológicas, filosóficas y religiosas, en un ambiente de armonía y respeto sin someter ninguna de ellas como verdad absoluta. También garantiza la neutralidad del Estado en la divergencia de pensamiento de los gobernados.

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