sábado, 31 de octubre de 2015

Día de Muertos, Día de remordimientos.

En los días siguientes la religión y los creyentes del catolicismo celebran la tradición del día de los muertos, en la cual visitan los cementerios donde yacen los restos de sus seres queridos como padres, hermanos, hijos, familiares y amigos, donde limpian sus tumbas, llevan flores, llevan alimentos y bebidas que en vida consumían y gustaban, de la misma manera llevan la música tradicional mexicana cómo mariachis y en algunos otros lugares bandas etc, con el deseo de complacer a los suyos. 

Sin entrar en críticas a la religión católica ni desmentir doctrinalmente esta tradición en particular, me quiero referir principalmente al cargo de conciencia que se observa en la práctica. 

Nuestros padres, hermanos, hijos, familiares y amigos deben de ser amados, procurados, apapachados, consentidos, abrazados en vida, cuando ellos pueden sentir ese afecto y reconocimiento del amor fraterno que debe existir en el ser humano a su próximo y a su prójimo. 

Me consta en algunos cercanos, que estos días van a visitar las tumbas de sus padres y llorar desconsoladamente porque no fueron capaces de hacerlo en vida, ya que se alejaron de ellos, abandonan a sus padres en la vejes, a sus hermanos en sus necesidades y enfermedades, a sus amigos cuando más los necesitaron, por eso hoy tratan de descargar el peso de sus conciencias en estos actos de doble moral, que representa el fracaso de la fraternidad que el ser humano debe practicar hacia los suyos todos los días , por más que usted crea en esto ellos ya no disfrutan de la música y las bandas, ya no hay regreso, hay una barrera muy grande se llama indiferencia.

Reflexión, busque a sus padres que todavía están con vida, llévelos a comer, a comprar un vestido, un calzado, atiéndalos en sus enfermedades. A sus hermanos invítelos a su casa reúnanse y disfrútense, ábraselos porque mañana no sabemos si estarán. Los mismo sus amigos que abandonó en el momento que más necesitaron de usted búsquelos y apóyelos, demuestre el cariño y amor hoy, mientras están con vida.
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miércoles, 21 de octubre de 2015

Un reconocimiento negado.

La Iglesia La Luz del mundo ha sido dirigida por tres Apóstoles contemporáneos desde su resurgimiento hace 89 años en nuestra República Mexicana. Bajo su dirección la Iglesia ha tenido un crecimiento en todo México y en 53 países de todo el mundo, los principios rectores son los mismos de su fundador que es Jesucristo, y se ha conducido bajo normas de responsabilidad social apegadas a las leyes de cada país donde se tiene presencia.

Por muchos años los reconocimientos a este trabajo han sido muy escasos y además muy mezquinos en comparación con la aportación que han hecho a la humanidad  estos tres grandes hombres. En el caso de México nuestros gobernantes de una manera muy discreta y contada han enviado algunos reconocimientos a su trabajo social y educativo.

Por poner algunos ejemplos, nuestros deportistas destacados de manera individual o en equipo, cuando tienen un logro como una medalla o ganar en competencias internacionales, campeonatos o en juegos olímpicos de manera inmediata el mismo Presidente de la República los llama por teléfono y de la misma manera los gobernadores y los municipes de donde son oriundos no dejan pasar la oportunidad de la foto. Lo mismo sucede con la comunidad artística en lo narrado.

Durante 89 años, la comunidad de La Luz del Mundo ha llegado a lugares inimaginables, esto conociendo la historia de su reciente restauración en 1926, donde se da en circunstancias adversas, pero que a pesar de ello, ellos lograron poner el nombre de México muy en alto, siempre preponderando el origen de su resurgimiento que fue orgullosamente en nuestra República mexicana y de ahí para el mundo.

México esta en deuda con tres grandes hombres, Aaron, Samuel y Naason Joaquin, mexicanos ilustres que tanto han aportado a nuestro país y al mundo, es interminable la narrativa de su aportación en el tema de vivienda, salud, educación, crecimiento y desarrollo económico, medios de comunicación, infraestructura, y en muchos otros rubros mas, pero el mas destacable es sin duda el aporte a los millones de ciudadanos que cambiaron el rumbo de sus vidas para bien y hoy son buenos ciudadanos en todos los países donde esta presente la comunidad La Luz del Mundo.

Nuestro gobierno esta obligado a darles el reconocimiento que merecen, esto sin distingos religiosos, y sin debates estériles, sino siendo objetivos en los logros, a la comprobación del éxito que esta a la vista de todos y que se traducen el bienestar directo de millones de ciudadanos, que aligera la carga social a los gobiernos, ya que nuestras comunidades o colonias no existen centros de diversión como bares o centros nocturnos, ni se vende cerveza o cigarros, sino que en la practica existe la paz social, y estos son modelos que deben de ser tomados como ejemplos para cualquier comunidad no necesariamente religiosa.





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